|
Presentamos
la síntesis de una experiencia realizada el curso 1986/87
en un grupo de 15 niños de dos años y medio a tres
en la Escola Bressol Municipal La Trepa de Cornellà de
Llobregat sobre el descubrimiento del espacio de la Fundación
Miró y la figura de Joan Miró. Esta fue presentada
al primer concurso "Barcelona en la Escuela " (1989)
y le fue otorgado el primer premio por su originalidad, capacidad
creativa y sensibilidad hacia el entorno.
Es
un trabajo en común de tres personas, Carme Cols educadora
del equipo de maestras de la Escola Bressol Municipal "La
Trepa", Mireia Bassols y Alba Oliveras del equipo de
la Escuela de Expresión del Ayuntamiento de Barcelona.
EL
PLACER DE LA SORPRESA, EL ARTE DE LA INVESTIGACIÓN
Dimos
este nombre al conjunto de documentos que presentamos. Estos
mostraban una síntesis de un proyecto que a lo largo
del curso fue creciendo sobre un eje vertebrador: ver, entender
y utilizar el entorno como impulsor de la cultura. Por ello
creímos oportuno darlo a conocer a través de
este medio.
Desde
el inicio del curso habíamos planificado diferentes
estrategias para ofrecer al niño, a los padres y para
nosotras mismas un campo de investigación sobre lo
que puede suponer vivir y explorar diversidad de contextos.
Ver la calidad de contenidos, de percepciones, de elaboraciones,
de proyección y expresión que generan.
Nadie
puede negar que cada persona tiene fuertes vínculos
con una u otra parte de su ciudad, pueblo, barrio. Las horas
vividas en aquel pequeño rincón de la plaza, jugando
a todo tipo de juegos... mirando, escuchando, observando
todo aquello que pasaba al derredor... Todo su conjunto
proporciona una imagen que se torna llena de recuerdos y
significados. Sensaciones visuales: color, forma, movimiento,
luz...; del mismo modo que otras sensaciones como las del
olfato, del oído, del tacto...
Convencidas
de este planteamiento, queríamos que desde la escuela
también el niño pudiera reencontrar aquellos espacios
que, día a día , van creando vínculos: utilizando
los espacios públicos. Hacer escuela en la calle para
ofrecer al niño uno marco que le permitiera poder desarrollar
las capacidades de: observación, atención, imaginación,
creación y expresión. Utilizando todos los lenguajes
expresivos, comunicativos, cognoscitivos que nacen y se
constituyen desde la propia experiencia, y su interrelación.
PROCESO ANTES DE IR A LA FUNDACIÓN MIRÓ
SALIR,
RELACIONARNOS PARA CRECER, era nuestro lema. El primer trimestre,
entre otras cosas, habíamos salido a visitar la casa
de un niño del grupo. A la tienda a buscar linternas.
A la plaza de Vic a bañar el barco que nos había
hecho el abuelo (es la plaza más próxima a la
escuela) a la plaza de los Enamorados (un poco más
lejos). A la calle de las Escaletes, una maravillosa
calle llena de castaños en la que los niños pueden
correr sin ningún peligro) al Poblado del Mag Maginet
(actividad muy ligada a lo que pasa en nuestra ciudad).
Todas estas actividades, entre otras, estaban muy ligadas
a la vida del niño.
El segundo trimestre teníamos muchos datos. Constatábamos
que el niño se educa en los diferentes contextos en
que vive. Que tiene necesidad de relacionarlos con lo que
hace con la familia, y con lo que hace en la escuela. Comprobábamos
lo que habíamos afirmado antes. Cada persona tiene
sus vínculos con una u otra parte de los diferentes
rincones de su ciudad y su imagen le llena de recuerdos
y significados. Cuando salimos a la calle comprobamos que
nace la necesidad de comunicar mediante diferentes lenguajes
sus experiencias y que estas crecen porqué a sus recuerdos
pasados se suman otros...
Es
así como el segundo trimestre nos organizamos para
poder, de una forma sistemática, salir ofreciendo a
nuestros ojos el placer de ver, de sorprenderse, de investigar.
Reencontrábamos de nuevo los espacios vividos y los
ampliábamos. Observábamos cambios, los árboles
no tenían hojas, la luz era diferente... las olores.
Los niños participaban más explicando sus experiencias
y descubrimientos. Salir a la calle se había convertido
en un quehacer habitual pero nunca perdía su encanto.
PADRES,
ESCUELA I COMUNIDAD INTERACTUANDO
Muchas
de estas salidas las habían vivido la mayoría
de padres. La palabra xino-xano (poco a poco) se
había institucionalizado. Los niños sabían
muy bien las reglas, los puntos de referencia, cuál
era la función de la maestra que iba al frente y cuál
era la función de la madre que iba al detrás,
nadie podía pasar esta barrera. Sí nos pasaba
algo decíamos STOP! y todos nos parábamos y esperábamos.
Los niños nos demostraban que las normas razonadas
y justas las entienden magníficamente bien y, siguiendo
un proceso, las iban respetando. Podemos decir que realmente
salir a la calle se convirtió en la cosa más sencilla
de llevar a cabo y que nos proporcionaba un motor constante
de motivación y descubrimientos.
Durante
el segundo trimestre también pudimos vivir algunas
de las actividades en el marco del I Festival Internacional
de Payasos. Charlie Rivel entró en la clase. Los vecinos
nos habían podido observar en tantas y diferentes situaciones
que podemos decir que nos habían visto crecer, y quizás
si en algún momento habían pensado: tan pequeños
y a la escuela ..., habían cambiado de opinión
y expresaban: qué bien que se lo pasan estos niños!
La
"colla pessigolles", así nos llamábamos,
nos gustaba aprender poesías, escuchar música,
cantar canciones, pasear en días grises o radiantes
de sol, pisar charcos, salir a buscar caracoles, escuchar
y explicar cuentos, mirar el sol y la luna, observar todo
lo que nos rodeaba..., la pequeña hormiga, el pájaro
en la rama del árbol... A menudo, nos parábamos,
pensábamos..., mirábamos otra vez y todos daban
su opinión y tenían muchas cosas a decir.
Muchos querían expresarlo con sus dibujos, otros cono
un palo o con una botella de agua lo dibujaban en la tierra,
otros hacían su propia pintura con los elementos naturales:
agua y tierra. El placer de la sorpresa, el arte de investigar
estaba en sus manos.
VAMOS A LA FUNDACIÓN MIRÓ
Era
el momento de ampliar y facilitar el descubrimiento de un
nuevo contexto que comunicara y enlazara con todo lo que
estábamos viviendo. Por lo que hemos explicado antes,
la Fundación Miró nos lo ofrecía. Aprovechando
una exposición con el elemento agua, que en aquellos
momentos se realizaba en la Fundación, organizamos
la salida.
Todos estábamos, no faltó ningún niño,
sus caras proyectaban su ilusión como tantas otras
veces en las que se presentaba una nueva motivación.
Sabían que íbamos a un sitio en el que encontrarían
una exposición de "Agua, Agua" y muchos dibujos
de un señor, muy amigo de los niños, que se llamaba
Joan Miró.
El
recorrido antes de llegar representó un alud de información
sobre todo lo que ellos sabían y conocían...
La
primera sala que visitamos fue la de la exposición
"Agua, Agua". Aquel elemento, que de tantas maneras
habían utilizado, lo veíamos de una nueva forma.
Unos bolsos llenos de agua que lo niños podían
tocar y lo que veíamos a través de ellas, nuestras
caras, eran diferentes. Igual que en la escuela, cada cual
se interesó por un rincón diferente. Unos estaban
mirando uno barco rodeado de agua y dentro de un bote, otros
bajo un estante, mirando como en perspectiva...
Muy
pronto nos dimos cuenta que era importante poder estar en
pequeños grupos observando los diferentes elementos.
La estructura del edificio, al tener los patios interiores,
nos lo permitía. Así que salíamos, y
volando como pájaros, se acercaban a la estatua de
tubos en forma de media estrella. Experimentaban con ella,
especialmente un niño que, golpeando con una piedra,
iba haciendo música y mirando sus tubos vacíos
por dentro.
Continuamos
la visita en grupos reducidos. Unos cuántos estaban
fuera, en el espacio del medio y otros entraban a mirar
la Sala de J.Prats, el señor de los sombreros que era
amigo de J . Miró. Fueron momentos inolvidables y maravillosos
poder comprobar la atención e ilusión de los niños.
La estatua en miniatura de la "Dona i ocell" fue
un foco de atención que les atrajo mucho.
Solamente
estuvimos en estos espacios descritos anteriormente. Fue
suficiente para encontrar el gusto y las ganas de volver.
Durante
el regreso a la escuela, era la hora de ir a comer , nadie
explicaba nada... miraban... era como si hicieran fotos
para grabar el paisaje y lo que habían vivido.
DESPUÉS
DE IR A LA FUNDACIÓN MIRÓ
Lunes,
primer día de reencontrarnos, tras la salida, los padres
disponían ya de un pequeño dossier con la descripción
y la valoración de la experiencia, acompañado
de fotos y una propuesta para hacerla crecer.
Los padres también habían trabajado aquel fin
de semana. Casi todos nos habían escrito las explicaciones
de sus hijos y como estaban de maravillados. También,
una niña de la clase, el domingo había vuelto
a la Fundación con sus padres enseñando y explicándoles
los sitios dónde habíamos estado.
No
se hicieron esperar diferentes propuestas, por parte de
los padres, para acercarnos a conocer el nuevo personaje.
Despacio, los niños, iban expresando sus vivencias
que íbamos recogiendo a través de diferentes medios.
El ritmo de la clase era tranquilo y como aquel que estira
uno hilo íbamos introduciendo nuestras estrategias
para que esta salida fuera el marco para descubrir la personalidad
de Joan Miró.
La
Pequeña historia de J. Miró escrita por Teresa
Duran, fue el primer libro que salió de la escuela
para ir a cada familia. Padres y niños lo leían
juntos. Entre otras cosas, había sorprendido reencontrar
el juego, que había propuesto su maestro de arte, Joan
Miró, de taparse los ojos y explorar los objetos, también
nosotros lo habíamos hecho y continuábamos haciéndolo,
pero ahora era como más próximo a los niños,
disfrutaban más.
El
día de Sant Jordi recogimos dinero para comprar un
libro que nos explicaba más cosas de Joan Miró
y su obra. Una familia lo fue a comprar a la misma Fundación.
Otra familia pudo conseguir litografías de la obra.
Aparecieron otros libros; tres familias trajeron "Los
Catalanes Universales" un libro que había
regalado la Caixa y, cuál fue nuestra sorpresa al encontrar
a Charlie Rivel junto a Joan Miró!... También
otras personas, en este caso las bibliotecarias de Rosa
Sensat, nos proporcionaron más material bibliográfico.
Uno, entro otros, fue muy estimado por los niños. Este
fue "La noche y el sueño; pintar como Miró".
Su contenido reforzaba nuestras ideas y nos reflejaba muchas
de las cosas que habíamos vivido. Todo el material
iba y venía de casa a la escuela de la escuela a casa.
Todos nos habíamos movilizado en torno al tema con
el objetivo común de conocer las pequeñas cosas,
los valores, que transmite Joan Miró.
Las
paredes de la clase se iban modificando provocando los comentarios
de todas las personas que entraban. Eran los niños
que explicaban aquello que podían leer e interpretar
en un cuadro encontrando todos los elementos de la naturaleza;
el sol, la luna, las estrellas, pájaros... A nosotros
los adultos, a menudo nos tenían que explicar su significado.
Las
salidas a los diferentes rincones de nuestra ciudad continuaron.
En el diario de la clase, documento que también presentamos
y que guardamos como un tesoro, se refleja el intercambio
de espacios que vivíamos y como todos interactuaban
en nuestro quehacer cotidiano.
Con
el paso de los días íbamos recopilando notas y
más notas. Observaciones hechas por los padres, de
los comentarios de sus hijos que íbamos, de una manera
sistemática, añadiendo en el dossier. Aquel pequeño
anteproyecto de una página se había convertido
en una realidad llena de situaciones tant ricas que eran
inimaginables en el momento que lo planificamos.
RELEXIÓN
SOBRE EL PROCESO VIVIDO
Vivíamos
intensamente todo lo que íbamos haciendo y era a través
de los niños que los adultos íbamos descubriendo
una parte de nuestra herencia cultural. Las respuestas diversificadas
de los niños nos hicieron reflexionar e investigar
para analizar sus descubrimientos y los nuestros, enriqueciendo
y multiplicando las posibilidades de búsqueda.
Joan
Miró es un personaje muy próximo a los niños.
El mundo de Miró vive todo aquello que tanto une: personas,
luz, cielo, agua, tierra, caracoles, ruiseñores, arañas...
Muchas de las cosas que nosotros hacíamos las reencontrábamos
en los libros que teníamos en la clase sobre su historia.
En ellos podíamos ver reflejadas muchas de las cosas
que nosotros hacíamos: dibujar con un palo en la tierra
de nuestro jardín. Mirar, escuchar, recoger pequeñas
cosas insignificantes y darles un valor. Pasear, escuchar
música, tener amigos...
Las
posibilidades de descubrimiento que ofrece la Fundación
Miró son muchas. Es un sitio que nos ofrece flexibilidad
para organizarnos, para utilizar los espacios y para planificar
diferentes propuestas en pequeños grupos. Es un espacio
cambiante, lleno de luz y de valores que se pueden ir descubriendo
y reencontrando.
Las
actividades, respondían a una necesidad que teníamos
como seres humanos de organizarnos socialmente. Este grupo
social no podía ser un grupo reducido, sino un grupo
diverso que posibilitaba la complementarietat de tareas
y relaciones; la familia, la vecindad, la escuela, el barrio
o pueblo, haciendo posible la integración de la escuela
en el medio. Padres/escuela/comunidad interactuando.
Tal
y como dice K. Lynch "(...) un sitio vivido es capaz
de generar una imagen nítida que proporciona símbolos,
recuerdos que nos vinculan a los demás, que generan
además de seguridad afectiva, profundidad y deseo de
expresión .(...)" Aprender a vivir juntos es entre
otros cosas: vivir las poesías, la música, pasear,
escuchar sonidos, mirar la luna, ver las luces de la ciudad,
observar todo lo que nos rodea, todo lo que vemos, incluso
las cosas más simples, transformar objetos de la vida
cotidiana. Pararse, pensar, mirar otra vez... AMARLO. I
con la estimación llegar a la comprensión. Una
comprensión lenta de la riqueza en los cambios.
En
este planteamiento el maestro no es un repartidor de conocimientos
sino un verdadero coordinador de situaciones que se dan
al marco de la escuela. Y fuera de ella el espacio vivido
es la mejor fuente de reflexión y aprendizaje. Es una
nueva manera de hacer escuela, podemos decir que grandes
y pequeños encontrábamos el placer de la sorpresa,
el arte de la investigación.
BIBLIOGRAFÍA UTILIZADA
-
LYNCH, K. La imagen de la ciudad. (1984) Barcelona:Ediciones
Gili S.A. Col·lecció "Punto y línea"
- CANEVARO, A. Els infants es perden al bosc. (1986) Vic:Eumo
Editorial.
Artículos:
- DARDER. P. El grup classe. Perspectiva Escolar. Barcelona.
- MORENO, C. Alternatives pedagògiques a la diversitat
psicològica a l'escola. Perspectiva Escolar, n.119
novembre 1987. Barcelona.
Revistas:
- LE CHARLES, H. Miró. En:Bibliothèque de
trevail. n. 860 Abril 1978.
BIBLIOGRAFÍA PARA NIÑOS
-
DURAN, T. Petita història de Joan Miró
- HERRMANS, R. La nit i el somni: pintar com Joan Miró.
(1972) Stockholm:Bonnier Juvenils International. Sala Gaspar.
- ORI. El diario del sol rojo: Joan Miró. (1980)
Barcelona:EDHASA. Col·lecció "El arte
para los niños"
- MALET R.M. Joan Miró. (1983) Barcelona: Edicions
Polígrafa S.A.
|
|