La panera de los tesoros
Entre los diversos temas que Tere Majem investigó y trabajó queremos destacar su trabajo de divulgación de la panera de los tesoros, realizado a partir del conocimiento de la obra y el contacto personal con Eleanor Goldschmied, introductora de este recurso educativo.  
 

Transcribimos un fragmento escrito por Tere Majem en la obra:

El joc de la descoberta (1994) Tere Majem y Pepa Òdena. Colección Temas de Infancia núm. 22. AM Rosa Sensat. Barcelona.

En este libro encontraréis mucha más información para la organización de esta propuesta.

 
 


Qué es

La panera de los tesoros es una propuesta de juego dirigida a los niños de 6 a 10/12 meses. En esta edad pueden estarse sentados, pero aún no se desplazan demasiado del lugar.

Es una actividad de exploración. Para prepararla hace falta llenar una panera de mimbre con objetos de uso cotidiano escogidos con el fin de proporcionar estímulo y experiencia a los cinco sentidos del niño: la descubierta y el desarrollo del tacto, el gusto, lo olfato, el oído, la vista y del sentido del movimiento del cuerpo.
Se trata de un conjunto especial de materiales, no de juguetes, que podemos encontrar por casa, confeccionar, recuperar de los comercios o bien comprar. Otros materiales no darían al niño referencias tan precisas de superficie, peso, temperatura, forma, color, olor, sonido, consistencia, etc.

La panera de los tesoros proporciona al niño lo oportunidad de interesarse por muchas cosas que tiene en frente.
Sentado junto a la panera puede desarrollar mejor su capacidad de coordinar ojo, mano y boca, puede acceder más fácilmente a los objetos y llevárselos a la boca para conocerlos.

Seguro que cuando el niño coge un objeto y lo examina, lo chupa o lo muerde, se pregunta: ¿qué es esto?
Un surtido satisfactorio da respuesta a su constante pregunta. Le facilita poder elegir aquello que más le interesa y favorece la curiosidad innata por descubrir las calidades y novedades de las cosas.
Con la panera de los tesoros el niño aprende solo y por él mismo. El adulto, con su presencia y atención, le da seguridad y confianza.

Como se organiza

Los objetos se eligen uno por uno según su calidad: madera, mimbre, metal, paja, objetos naturales, etc.; y se ponen en una panera de mimbre duro de unos 35 centímetros de diámetro y 8 de altura. Es importante que la panera sea sólida, plana, estable y sin asas. El niño se tiene que poder apoyar cómodamente sin que se le tumbe.

La panera se llena completamente con un mínimo de sesenta objetos. Este es el surtido satisfactorio. La presentaremos al niño siempre de una manera atractiva y así la mantendremos. La selección de los materiales se hará con objetivos creativos y renovadores, pensando y planeando cómo podemos dar a los niños la mejor «dieta mental», equilibrada y estimulante.

Es conveniente tener la panera en un rincón estable de la sala de juego de los pequeños, sobre una alfombra. Un lugar propio donde puedan jugar cómodamente tres niños a la vez como mucho, sentados cerca alrededor de la panera, para qué puedan acceder muy fácilmente a los objetos con las manos, sin riesgo de desequilibrarse. Hace falta evitar interferencias y favorecer siempre la libre exploración, manipulación, concentración y atención.

Durante el tiempo de juego con los objetos de la panera, ayudamos a los pequeños a establecer los primeros contactos, comunicaciones e interés entre ellos a través del juego. Los objetos de la panera son auténticas herramientas de aprendizaje que se tienen que respetar como tales, aun cuando muchos son utensilios domésticos habituales o materiales de la naturaleza sin ninguna finalidad concreta.

Cuando se hace una actividad como esta en la escuela cuna, se prepara con el interés, la reflexión y la colaboración de todos los miembros del equipo, pensando también cual será la mejor manera que los padres participen y se impliquen en la recolección de los objetos y en la observación de la evolución de su hijo.

Es importante y necesario observar cuales son las preferencias, procesos, actividades y actitudes de los niños con cada objeto para saber con qué criterio haremos la renovación del material. Se renovarán sólo unos cuántos objetos periódicamente. Los de antes serán puntos de referencia para los niños, y los nuevos serán el estímulo que los hará mantenerse activos, creativos y divertidos.

Todos los objetos escogidos se tienen que poder lavar diariamente y se debe tener cuidado de mantenerlos en buen estado e ir eliminando aquello que se eche a perder. Hace falta renovarlos con cierta frecuencia: la presencia demasiado prolongada de un mismo objeto no estimula el interés del niño ni satisface su curiosidad de exploración.

El adulto se sentará cerca de dónde juegan los niños en una silla ni demasiado alta ni demasiado baja, de manera que le permita mantenerse a una distancia óptima por observar el juego, sin interferir la acción de los niños y dándoles seguridad con su mirada y su presencia, atenta e interesada, receptiva y disponible para todos los niños.

Es una actividad de exploración, concentración y atención.
Desarrolla su capacidad de coordinar ojo, mano y boca.
Los padres participan y se implican en la recolección de los objetos y en la observación de la evolución de su hijo.
El niño se interesa por las cosas que tiene en frente.
Favorece la " curiosidad innata" por descubrir las
cualidades de las cosas.